mardi 28 avril 2015

26 de abril - Tokyo

En nuestra primera noche en Japón sufrimos todos un poco de jetlag en diferentes grados, Chema el que más, yo despertándome a las 4 de la madrugada y los niños con despertares múltiples. Al final Leo se quedó dormido hasta las 11:30. Como no me lo podía creer y me empezaba casi a preocupar, iba cada cuanto tiempo a ver si respiraba. Al final se levantó y como era domingo, fuimos a visitar a la familia de mi amiga Tomoko que no había visto desde el 2008. Todos con unas cuantas arrugas demás.



Atsuko, la hermana fotógrafa de Tomoko, está intentando alquilar una cámara-impresora casera que te permite sacar estas preciosas fotos e imprimirlas en el acto:


Luego a los columpios. Encontramos una locomotora gigante para escalar.

R

Después de espaguetis con tomate y siesta, fuimos con toda la familia a comer sushi al barrio de Tsukuji, que tiene un antiguo mercado de pescado y montones de restaurantes de sushi. Fuimos al más conocido un restaurante de 3 plantas con una cola de 30 minutos para coger sitio. Comimos con tanto apetito que se nos olvidó sacar fotos de los platos tan bonitos que nos sirvieron.

A mí ya no me sorprende nada Japón ya que es mi cuarta vez aquí, entonces con motivos de este blog le pregunté cuáles fueron sus primeras impresiones de Japón y qué es lo que más le está llamando la atención. Dice que es el silencio que hay por las calles. Tomoko vive en un barrio periférico de Tokyo muuuuy tranquilo, pero aun en barrios centrales solo se oye el ruido de la música que se escucha por altavoces gigantes. En cuanto se quitan, es bastante tranquilo. No son mucho de gritar, sobre todo en el transporte público donde tenemos que llamar la atención a los niños cada minuto. Los únicos que hablan alto son ellos.

Luego dice que le gustan las máquinas que ofrecen bebidas tan variadas.


Y nos vamos a la cama. Mañana será un día duro que vamos a Disney Land.

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